[shigeaki] Venganza (cap 1)
-Bienvenida a casa!! – Gritó Shige intentando sonar alegre desde el fondo de la habitación de estudios.
Pero frente a el no apareció la cara que esperaba, sí, era Sonia con quien se había establecido desde hacia bastante tiempo, pero llevaba varias semanas viendo que su brillo, su sonrisa y su afectividad se apagaban paulatinamente, hoy era lo mismo, o incluso mucho peor.
- Gracias –dijo recargándose en el marco de la puerta- Tu… estudiando otra vez?, es increíble como tu cerebro sigue trabajando cada día sin que te tomes un segundo de descanso.
La voz de Sonia sonaba rutinaria, casi robótica, bastante cansada como para que cualquiera que la oyese pensara que estaba a punto de desmayarse.
-Sí, ya sabes que se aproxima un examen importante y… -dejó el libro sobre el escritorio y se puso de pie aproximándose más a ella con toda la intención de besarla.
-Lo sé –respondió Sonia mientras giraba la cara dejando a un Shige atónito.
-Te sucede… algo? Se que he estado absorto en los estudios y lo demás, pero… no se me ha escapado que algo extraño ocurre contigo.
-Finalmente lo notas –suspiró de forma ruidosa y sus ojos se fueron hacia arriba- de verdad pensé que esto dudaría eternamente a menos de que se me ocurriera gritártelo a la cara.
Dentro del estómago de Shige se comenzaba a formar un gran remolino que le provocaba nauseas y casi hasta mareos, podría decirse una enfermedad fuertísima y repentina, pero el lo sabía, eso no era otra cosa que sus sentimientos derrumbándose y siendo asesinados repentinamente ante sus ojos.
-Pe… pero… de qué cosa me estás hablando yo no log... –Ni siquiera pudo terminar de expresar sus ideas por que Sonia ya estaba replicando sus palabras.
-Estoy harta Shige! , completamente aburrida y desesperada de que las cosas sean así! , esto no era lo que yo tenía en mente cuando decidimos estar juntos aquí.
La voz de Sonia había estallado y resonado por toda la habitación, o incluso por gran porción de la casa. El ambiente estaba bastante más pesado, Shige estaba ahora con la mano recargada sobre una pared intentando ordenar sus ideas, pero por más que intentara descifrar lo que ella había querido decir, no lograba caer completamente en cuenta de lo que significaba.
Tomó una gran bocanada de aire y con toda firmeza encontró sus ojos con los de Sonia.
-Lo siento mucho Sonia, sé que no soy perfecto, se que la ciudad quizás no es lo que tu quisieras, se que no debo dejar mis libros dispersos por todo el comedor, se que… -Paró en seco de hablar, pues aunque fuera casi increíble el la amaba demasiado y ahora su voz comenzaba a quebrarse, y conociéndose plenamente, si no se daba un respiro comenzaría a llorar.
Escondió su rostro en el brazo que tenía extendido mientras su cabeza pedía con todo fervor que aquello fuera un sueño, un juego que su mente le había jugado al quedarse dormido sobre su escritorio mientras estudiaba.
Pero lo que se temía ya era real, la voz de Sonia había comenzado a sonar tan claramente que guardar cualquier esperanza era una locura.
-No Shige, yo…, intenté adaptarme durante mucho tiempo a este tipo de vida, pero ya no puedo más, tu necesitas a alguien que le guste pasar mucho tiempo sola, alguien que tenga una vida ya hecha aquí, alguien que pueda apoyarte sin importar ser agredida mientras va de compras por la ciudad, a alguien que le agrade aparecer en las revistas siendo la comidilla del país, a alguien... a quien no le importe en lo absoluto que toda tu atención sea a cualquier cosa menos para ella.
Sonia lo miraba comprensiva, pero decididamente, Shige bajó la mirada.
Aunque luciera derrotado y destrozado, dentro de su corazón creía que todo lo que ella había dicho tenía soluciones, aunque no fuera fácil, algo se podría hacer para que todo volviera a ser tan bonito como antes.
-Pero todo se puede solucionar, verdad? – la miró con un poco de ilusión e intentó sonreírle. – Podemos buscar la manera de arreglar las cosas, de hacerlo divertido como antes.
-No, ya no podemos, lo siento mucho… pero ya no puedo. Si hoy he salido durante todo el día… Shige es por que ya tengo todo listo…, he rentado un apartamento, he conseguido un nuevo empleo, hoy me voy…. Siento mucho no tenerte la cena lista, pero he hecho algo por la tarde, puedes calentarlo y cenar, me tengo que ir antes de que se haga más tarde.
Se giró y comenzó a andar hacia el pasillo que daba a la habitación, esa que los había visto juntos y felices tantas veces, pero solo eran viejos tiempos.
Sonia sintió como él tiraba de su brazo y la gritaba hasta tenerla frente a frente, no le dio tiempo ni a reaccionar cuando ya tenía los labios de Shige besándola con toda intensidad y anhelo. Poco a poco la rigidez de su cuerpo se disolvía, cedió ante aquello que durante muchísimo tiempo había sido como una droga, sus lenguas se encontraban y jugueteaban, las rodillas se fueron doblando hasta que quedaron sobre el suelo, él seguía entregado en su intenso beso donde esperaba transmitirle todo lo que sentía, ella reaccionó considerándolo cabalmente y sin ningún miramiento y sensibilidad lo apartó empujándolo de manera un poco brusca.
-No… me tengo que ir ya. – se incorporó y retomó su camino a la habitación donde le esperaban sus maletas ya listas, maletas que Shige ni siquiera se había dado cuenta que estaban ahí, pues inmediatamente al haber llegado a la casa se sumergió en su montaña de libros.
Apenas y se había puesto en pié, cuando ella pasaba a su lado con dos pesadas maletas.
-Por lo menos permíteme ayudarte, yo te llevaré a tu nuevo apartamento.
Esto podría haber sonado de lo más amable y normal, pero Shige sabía que aquella era su oportunidad para seguirle la pista a Sonia. Desgraciadamente para Shige, Sonia también sabia eso, y lo que menos quería era dejas vestigios de lo que estaba a punto de dejar atrás.
-No, he llamado a un taxi y seguro ya debe estar por llegar- se asomó a por la ventana y se dio cuenta que el taxi ya estaba ahí, esperándola.- Lo siento mucho Shige, el taxi ya está aquí, ya… me voy. Cuídate mucho, te deseo que seas muy feliz y… seguro habrá alguien…
-Alguien… alguien dices, pero a mi no me importa algún otro alguien… - se llevó las manos a la cabeza de tanta frustración, pero le dio la espalda a Sonia esperando que ella cambiara de opinión.
-Igual sé feliz de acuerdo?
Sonia tomó las maletas, y mirando a Shige por última vez cerró la puerta tras ella.
Aquel hueco sonido de la puerta al cerrarse, había abierto también un hueco dentro de Shige, un hueco tan grande, que no sabía si algún día podría llenar.
Se volvió al estudio, abrió el libro que había dejado, pero era incapaz de recordar siquiera en que tema se había quedado, tras unos minutos de pasar muchas páginas, se fue a la nevera para buscar algo de comer.
Encontró perfectamente empacada aquella que sería su cena, su cena recalentada, aquello que pensó que no volvería a vivir.
Puso en el microondas todo y esperó mirando como el tiempo se agotaba en el marcador digital del aparato, así como su tiempo con Sonia se había terminado.
Se sentía furioso, consigo mismo desde luego, pero siendo humano, también estaba enfurecido con ella, por no comprender su situación y por no darle ni un poco de tiempo para arreglar las cosas.
Mantuvo la calma, y se sirvió, pero al ponerse a la mesa y ver humear los alimentos, alimentos que ELLA había preparado, un arranque de furia lo tomó por sorpresa y aventó todo contra la pared, provocando que todos los platos de cerámica se hicieran añicos. Indeciso entre limpiar o no hacerlo, acabó regresando al salón de estudios.
Abrió una vez más el grueso libro, localizó la página adecuada casi a la primera, pero sin darse cuenta le costaba mas enfocar la vista, algo se escurría finalmente por sus mejillas, eran lágrimas, por fin… por fin se estaba desahogando…
Habían pasado horas, sus ojos enrojecidos y sus parpados hinchados ya no soportaban más, cayó dormido sobre el escritorio, con aquella página del libro llena de motitas húmedas, de agua salada.
Capitulo especial ^^ idea creada por kogane pero la escritura esta ves es completamente creada por Pinku Fans Nº1 que se animo a ayudarme ^^
-Bienvenida a casa!! – Gritó Shige intentando sonar alegre desde el fondo de la habitación de estudios.
Pero frente a el no apareció la cara que esperaba, sí, era Sonia con quien se había establecido desde hacia bastante tiempo, pero llevaba varias semanas viendo que su brillo, su sonrisa y su afectividad se apagaban paulatinamente, hoy era lo mismo, o incluso mucho peor.
- Gracias –dijo recargándose en el marco de la puerta- Tu… estudiando otra vez?, es increíble como tu cerebro sigue trabajando cada día sin que te tomes un segundo de descanso.
La voz de Sonia sonaba rutinaria, casi robótica, bastante cansada como para que cualquiera que la oyese pensara que estaba a punto de desmayarse.
-Sí, ya sabes que se aproxima un examen importante y… -dejó el libro sobre el escritorio y se puso de pie aproximándose más a ella con toda la intención de besarla.
-Lo sé –respondió Sonia mientras giraba la cara dejando a un Shige atónito.
-Te sucede… algo? Se que he estado absorto en los estudios y lo demás, pero… no se me ha escapado que algo extraño ocurre contigo.
-Finalmente lo notas –suspiró de forma ruidosa y sus ojos se fueron hacia arriba- de verdad pensé que esto dudaría eternamente a menos de que se me ocurriera gritártelo a la cara.
Dentro del estómago de Shige se comenzaba a formar un gran remolino que le provocaba nauseas y casi hasta mareos, podría decirse una enfermedad fuertísima y repentina, pero el lo sabía, eso no era otra cosa que sus sentimientos derrumbándose y siendo asesinados repentinamente ante sus ojos.
-Pe… pero… de qué cosa me estás hablando yo no log... –Ni siquiera pudo terminar de expresar sus ideas por que Sonia ya estaba replicando sus palabras.
-Estoy harta Shige! , completamente aburrida y desesperada de que las cosas sean así! , esto no era lo que yo tenía en mente cuando decidimos estar juntos aquí.
La voz de Sonia había estallado y resonado por toda la habitación, o incluso por gran porción de la casa. El ambiente estaba bastante más pesado, Shige estaba ahora con la mano recargada sobre una pared intentando ordenar sus ideas, pero por más que intentara descifrar lo que ella había querido decir, no lograba caer completamente en cuenta de lo que significaba.
Tomó una gran bocanada de aire y con toda firmeza encontró sus ojos con los de Sonia.
-Lo siento mucho Sonia, sé que no soy perfecto, se que la ciudad quizás no es lo que tu quisieras, se que no debo dejar mis libros dispersos por todo el comedor, se que… -Paró en seco de hablar, pues aunque fuera casi increíble el la amaba demasiado y ahora su voz comenzaba a quebrarse, y conociéndose plenamente, si no se daba un respiro comenzaría a llorar.
Escondió su rostro en el brazo que tenía extendido mientras su cabeza pedía con todo fervor que aquello fuera un sueño, un juego que su mente le había jugado al quedarse dormido sobre su escritorio mientras estudiaba.
Pero lo que se temía ya era real, la voz de Sonia había comenzado a sonar tan claramente que guardar cualquier esperanza era una locura.
-No Shige, yo…, intenté adaptarme durante mucho tiempo a este tipo de vida, pero ya no puedo más, tu necesitas a alguien que le guste pasar mucho tiempo sola, alguien que tenga una vida ya hecha aquí, alguien que pueda apoyarte sin importar ser agredida mientras va de compras por la ciudad, a alguien que le agrade aparecer en las revistas siendo la comidilla del país, a alguien... a quien no le importe en lo absoluto que toda tu atención sea a cualquier cosa menos para ella.
Sonia lo miraba comprensiva, pero decididamente, Shige bajó la mirada.
Aunque luciera derrotado y destrozado, dentro de su corazón creía que todo lo que ella había dicho tenía soluciones, aunque no fuera fácil, algo se podría hacer para que todo volviera a ser tan bonito como antes.
-Pero todo se puede solucionar, verdad? – la miró con un poco de ilusión e intentó sonreírle. – Podemos buscar la manera de arreglar las cosas, de hacerlo divertido como antes.
-No, ya no podemos, lo siento mucho… pero ya no puedo. Si hoy he salido durante todo el día… Shige es por que ya tengo todo listo…, he rentado un apartamento, he conseguido un nuevo empleo, hoy me voy…. Siento mucho no tenerte la cena lista, pero he hecho algo por la tarde, puedes calentarlo y cenar, me tengo que ir antes de que se haga más tarde.
Se giró y comenzó a andar hacia el pasillo que daba a la habitación, esa que los había visto juntos y felices tantas veces, pero solo eran viejos tiempos.
Sonia sintió como él tiraba de su brazo y la gritaba hasta tenerla frente a frente, no le dio tiempo ni a reaccionar cuando ya tenía los labios de Shige besándola con toda intensidad y anhelo. Poco a poco la rigidez de su cuerpo se disolvía, cedió ante aquello que durante muchísimo tiempo había sido como una droga, sus lenguas se encontraban y jugueteaban, las rodillas se fueron doblando hasta que quedaron sobre el suelo, él seguía entregado en su intenso beso donde esperaba transmitirle todo lo que sentía, ella reaccionó considerándolo cabalmente y sin ningún miramiento y sensibilidad lo apartó empujándolo de manera un poco brusca.
-No… me tengo que ir ya. – se incorporó y retomó su camino a la habitación donde le esperaban sus maletas ya listas, maletas que Shige ni siquiera se había dado cuenta que estaban ahí, pues inmediatamente al haber llegado a la casa se sumergió en su montaña de libros.
Apenas y se había puesto en pié, cuando ella pasaba a su lado con dos pesadas maletas.
-Por lo menos permíteme ayudarte, yo te llevaré a tu nuevo apartamento.
Esto podría haber sonado de lo más amable y normal, pero Shige sabía que aquella era su oportunidad para seguirle la pista a Sonia. Desgraciadamente para Shige, Sonia también sabia eso, y lo que menos quería era dejas vestigios de lo que estaba a punto de dejar atrás.
-No, he llamado a un taxi y seguro ya debe estar por llegar- se asomó a por la ventana y se dio cuenta que el taxi ya estaba ahí, esperándola.- Lo siento mucho Shige, el taxi ya está aquí, ya… me voy. Cuídate mucho, te deseo que seas muy feliz y… seguro habrá alguien…
-Alguien… alguien dices, pero a mi no me importa algún otro alguien… - se llevó las manos a la cabeza de tanta frustración, pero le dio la espalda a Sonia esperando que ella cambiara de opinión.
-Igual sé feliz de acuerdo?
Sonia tomó las maletas, y mirando a Shige por última vez cerró la puerta tras ella.
Aquel hueco sonido de la puerta al cerrarse, había abierto también un hueco dentro de Shige, un hueco tan grande, que no sabía si algún día podría llenar.
Se volvió al estudio, abrió el libro que había dejado, pero era incapaz de recordar siquiera en que tema se había quedado, tras unos minutos de pasar muchas páginas, se fue a la nevera para buscar algo de comer.
Encontró perfectamente empacada aquella que sería su cena, su cena recalentada, aquello que pensó que no volvería a vivir.
Puso en el microondas todo y esperó mirando como el tiempo se agotaba en el marcador digital del aparato, así como su tiempo con Sonia se había terminado.
Se sentía furioso, consigo mismo desde luego, pero siendo humano, también estaba enfurecido con ella, por no comprender su situación y por no darle ni un poco de tiempo para arreglar las cosas.
Mantuvo la calma, y se sirvió, pero al ponerse a la mesa y ver humear los alimentos, alimentos que ELLA había preparado, un arranque de furia lo tomó por sorpresa y aventó todo contra la pared, provocando que todos los platos de cerámica se hicieran añicos. Indeciso entre limpiar o no hacerlo, acabó regresando al salón de estudios.
Abrió una vez más el grueso libro, localizó la página adecuada casi a la primera, pero sin darse cuenta le costaba mas enfocar la vista, algo se escurría finalmente por sus mejillas, eran lágrimas, por fin… por fin se estaba desahogando…
Habían pasado horas, sus ojos enrojecidos y sus parpados hinchados ya no soportaban más, cayó dormido sobre el escritorio, con aquella página del libro llena de motitas húmedas, de agua salada.
Capitulo especial ^^ idea creada por kogane pero la escritura esta ves es completamente creada por Pinku Fans Nº1 que se animo a ayudarme ^^
