cap 4 "Enloqueci"
No recordaba la última vez que había llorado con tal intensidad. Me sentía como un idiota, pero mediante las lágrimas salían descontroladas, el nudo en mi garganta se disipó paulatinamente. Cuando pude volver a respirar con normalidad, levanté la cabeza y miré el lago negro. Me sentía como un niño extraviado, sin saber a donde ir. Sabía que mi madre estaría buscándome, pero no me apetecía verla en ese momento.
No me apetecía ver a nadie
A nadie… Excepto a ella. Llevaba un buen rato pensando en convertirme en hurón para estar en sus brazos. ¡Qué demonios me pasaba!. Yo, Draco Malfoy, deseaba estar entre los brazos de esa sucia.
Sucia, tan sucia como yo… Un simple muggle..
Deambulaba por el castillo buscando a un hurón blanco de cola larga que no había ido a verme como habitualmente. El pequeño animal me tenía intrigada. Había preguntado a todos los alumnos si tenían o conocían alguien que tuviera de mascota un hurón blanco, pero nadie en ninguna de las tres casas tenía uno. Era una mascota muy insólita y era fácil saber si alguien tenía una. Si ese hurón pertenecía a alguien, tenía que ser sin duda de la casa de Slytherin, y tenía miedo de que el dueño fuera aquel rubio que me tenía sin dormir hace unos días.
Busqué al hurón en las cercanías de la torre de Gryffindor, pues era allí donde siempre le encontraba. Ni siquiera por mi gato me preocupaba si un día no estaba y ahora me sentía como una histérica.
Caminé tan deprisa que me agoté rápidamente. Me apoyé para descansar un momento en los marcos de las ventanas, frías por el notorio invierno, y un bulto sentado sobre el césped llamo mi atención. En notar esa cabellera platinada supe quién era.
¿Qué estaría haciendo?
No me tomó demasiado tiempo descubrirlo. El subir y bajar de sus hombros me indicó que estaba llorando. Tuve que apoyar una mano en el cristal y mi cuerpo sintió un frío tan penetrante recorrer mi espina dorsal, que tembló a pesar del calor corporal. Mis piernas se movieron solas con más prisa aún que anteriormente. Bajé las escaleras de dos en dos con el corazón acelerado. Necesitaba saber qué le pasaba. Necesitaba estar a su lado.
¿Desde cuándo Draco Malfoy había pasado a ser tan importante para mí?
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Un día las chicas me invitaron a una especie de reunión fémina en una de las salas vacías. Fui prácticamente obligada por Ginny a ir. En un comienzo, me parecía una junta de lo más estúpida, el tema principal de la conversación “chicos”. No es que no me interesen los hombres, pero honestamente no creo que sea un tema interesante para una conversación grata. Pero luego de 2 horas de escucharlas hablar terminé opinando objetivamente con ellas.
- ¿Hay algún chico al que encuentres guapo, Hermione?
- Sí, hay chicos guapos…
- ¿Cuál es para ti el más guapo?
- Mmm… no lo sé… Harry puede ser… Hay un chico de Ravenclaw muy guapo también. Creo que se llama Vladimir.
- Pero él tiene novia…- objetó una chica colorida del fondo que había estado callada.
- ¿Y de las serpientes? No hemos hablado de ellos y aunque sean unos imbéciles, hay chicos muy guapos – Ginny sonrió mientras miraba a todas las presentes.
- A mi me gusta Blaise… Es muy guapo, alto y fornido – confesó una de las presentes con miedo a la reacción de todas.
- Yo encuentro que el chico más guapo de todo Hogwarts, después de Harry por supuesto, es Draco Malfoy – el silencio en la sala fue abrumante, y la cara de sorpresa de todas demostró que no solo yo estaba anonadada con las palabras de Ginny.
¿Draco Malfoy guapo? Definitivamente Ginny se había golpeado en la cabeza. Bajo ningún concepto era guapo. Fuera de que su personalidad fuera un asco, su cuerpo no era nada del otro mundo. Era demasiado delgado y alto, además su piel blanca lo volvía desabrido. Seguro que su cuerpo era una tabla por donde le miraras. Ginny definitivamente se había golpeado en el partido de Quiddich y ahora no pensaba con claridad.
- Su cuerpo blando le hace ver más elegante. Además me gustan sus manos. Me gusta cuando a los chicos se le marcan las venas, son muy varoniles- Luna quien no había hecho más que comer por primera vez.
- En eso tiene razón, es delgado pero.. ¿no creen que debajo de esas ropas le falta algo de carne?
- ¡Estás loca! ¿Nunca lo han visto? ¡Por Merlin! Es fibroso, completamente delineado, tiene el abdomen perfecto y en la pelvis se forma ese músculo tan exquisito que va hacia la zona baja – Ginny parecía conocer el cuerpo del rubio a la perfección.
-¿Y por qué sabes esas cosas? – la duda me consumió y no pude contenerme.
- Lo vi una vez en los camarines de Slytherin, por error. Pero chicas, de verdad, es un cuerpo digno de mirar, aunque si tenéis razón le falta algo de carne. ¿No creen que tener a Malfoy sería un trofeo digno de presumir?
Luego de ello, la conversación se desvió por otros temas, pero en mi mente seguían las palabras de Ginny. ¿Sería verdad que era guapo? ¿Cómo saber si lo que decía Ginny era verdad? El resto de los días los dediqué a mirarlo. Nunca logré ver demasiado, Malfoy parecía ser demasiado friolento, pues nunca se quitaba demasiada ropa de encima.
En mi curiosidad, comencé a notar la soledad de Malfoy. Parecía no gustar de la compañía de las demás serpientes y a pesar de llevar años en la silenciosa biblioteca, nunca había notado que él acostumbraba a ir a una de las zonas más apartadas de ésta. Uno de los días que lo espiaba, desde uno de los rincones, mis ojos no podían dejar de observarle.
Era un día acalorado, Malfoy parecía completamente concentrado en uno de sus libros, de seguro eran los deberes de Historia de la Magia, note que sin despegar los ojos de su libro se quito la capa y el sueter de lana que llevaba, por fin lo veía al menos en camisa, pero solo entonces recordé que no era la primera vez que lo veía de esa forma y deje escapar un suspiro por mi estupidez.
¿Qué le había pasado a mi cerebro se seco?
Intente regresar a mi forzada lectura, llevaba en un párrafo más de 15 min, sin tener ni la mas mínima idea de que se trataba, cuando pasaba de la tercera línea mis ojos fueron atraídos por una pálida piel descubierta en la zona el cuello, el aun atareado en sus labores revolvió su propio cabello mientras aflojaba su corbata desabotonando los primeros botones de su camisa dejando ver el hueso de su clavícula. El sudor caía por su cuello y empapaba el cuello de la camisa, no necesitaba ver mucho más, solo con tan poco Draco había causado tanto a mi corazón que necesite cerrar el libro y correr al baño para mojar mi cara aun embobada por tales sensaciones.
No fue suficiente, quería conocer más de ese cuerpo, y con los días en mi estupida búsqueda, la inmensa soledad de Malfoy me cautivo, y comencé a ver cosas que hasta entonces eran desconocidas, aquel chico que aparentaba ser tan cruel, inhumano y despreciable cambio por completo para mi.
Meses después note un cambio brusco en su actitud, no respondía a los profesores, no hacia sus deberes y dejo de ir a la biblioteca, algo en sus facciones ocultaban un profundo dolor, y algo en mi corazón pedía a gritos que intentara ayudarlo, pero…
¿Cómo acercarte a alguien con quien llevas años discutiendo?
Me prometí que en cuando encontrara la oportunidad de hablar con el lo haría, y como por arte de magia lo encontré, era un día lluvioso, estaba sentado en un frió asiento de concreto dejando que las gotas de agua lo empaparan mientras miraba una posa con expresión ausente.
Dude unos instantes sobre como y si era correcto que me acercara a hablar con el, pero no era eso lo que más pensaba en ese momento, si no en… ¿Qué demonios le digo?, las piernas me temblaban de los nervios y el sonido de las gotas de lluvia en mi paraguas me ponían aun peor.
Cuando al fin pude acercarme solo atine a cubrirlo con mi paraguas rojo, mientras intentaba armarme de valor para que las palabras salieran de mi boca
-¿Qué haces Malfoy? ¿Por qué estas fuera, empapándote?
La voz salio forzada de mi garganta y pude sentir un tono áspero y nada amable del que me arrepentí enseguida, como era de esperar me ordeno que me apartara pero no lo hice porque en el fondo sentí que me pedía lo contrario, o tal vez idiotamente mi mente quería que fuera así.
Lo que salio a continuación fue la declaración más humillante que pude hacerle, le confesé mi preocupación por su actitud en los últimos días, como era de esperar me ofendió y se mofo de mi intentando que me alejara, y caí en su juego, porque luego de escuchar de su boca las palabras “sangre sucia” perdí toda cordura, escupí todas las cosas que se me vinieron a la mente intentando insultarle y cuando note su intención por levantarse para atacarme, saque la varita apuntándole, que mejor… había estropeado todo, mis intensiones de intentar conversar con el, no supe que mas hacer y preferí largarme de allí, la mano me temblaba y el corazón no me dejaba respirar con normalidad de lo agitado que estaba
¿Desde cuando Malfoy causaba eso en mí?
No lo sabía con exactitud, pero lo único que sabía era que no podía controlarlo, el deseo de saber que le pasaba, de poder ayudarlo, pero por sobre todo el insaciable deseo de estar a su lado.
Me había vuelto loca
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Cuando luego de correr medio castillo al fin le encontré, seguía en el mismo lugar pero esta vez tenia la cabeza girada hacia la derecha, apoyada en sus rodillas, sus hombros ya no se movían y parecía completamente aislado de la realidad. Me acerque con cuidado de no hacer demasiado ruido como para ser descubierta y me senté a su lado, como desee hubiera ocurrido la primera vez que intente entablar una conversación con el, se sobresalto en sentir mi cuerpo junto a el y levanto la cabeza de sus rodillas mirándome con el rastro de las lagrimas seco, sorprendido más de lo normal, no supe que decir y tontamente puse mis rodillas en el cespet me abalance sobre el y lo atraje contra mi pecho.
- todo estará bien Malfoy, no estas solo, nunca lo estarás… Siempre estaré aquí para ti
Las piernas empezaron a temblarme esperando su rechazo, pero cuando sentí sus manos atrapar mi ropas por la espalda fui yo quien termino con los ojos abiertos, el me estaba abrazando, apretando con fuerza mi ropa mientras sentía sus sollozos en mi pecho, me acerque un poco más mientras le acariciaba el cabello.
¿Qué demonios nos había pasado?
¿Cómo habíamos llegado a estar de esta forma?
No me importaba… Solo quería que estuviéramos así para siempre… no quería que se apartara de mi jamás.