lunes, marzo 29, 2010

Dramione

[Harry Potter] Mi Hurón

cap 5 "¿Qué debo hacer?"


Sentí un calor junto a mi y sólo cuando volteé lentamente la cabeza para ver que era lo que irrumpía mi soledad, escuché la respiración agitada de alguien. Cuando mi cabeza se giró por completo la vi, Ella estaba frente a mi temblando como una gelatina.

No tuve tiempo de pensar, cuando intenté adivinar que quería, sus brazos estaban rodeando mi cuello, empujándome con delicadeza contra su cuerpo, como muchas otras veces lo había hecho a ese pequeño hurón. Sentí su dulce aroma y el latido acelerado de su corazón. Ella estaba haciendo un esfuerzo sobre natural para abrazarme y la escuché casi en un murmullo.

- Todo estará bien Malfoy. No estas solo, nunca lo estarás… Siempre estaré aquí para ti.

Se volteó un poco más, acomodándome bien entre sus brazos, con la cabeza apoyada en sus perfectos y blandos pechos. Escuchaba el temor en cada centímetro de su cuerpo y mi mano se levantó lentamente, cuidadosa. Dudé si era lo que debía hacer, pero recordé las palabras de mi madre y todas mis dudas se desvanecieron. Yo era igual a ella y nada me impedía tocarla o abrazarla así que lo hice. Permanecimos así, hasta que yo me aparté. La miré a los ojos, ambos nos ruborizamos y nos sentamos algo apartados.

- ¿Cómo supiste… que estaba acá?

- Te vi desde una de las ventanas. Estaba buscando a un amigo mío… un hurón blanco que va a visitarme todas las noches y te vi… No sé porqué… pero no pude evitar venir.

- Es extraño que deambules por el castillo sabiendo lo que ésto puede conllevar si te atrapan… ¿Tan importante es ese hurón para ti?

Los ojos grises de Draco se veían en todo su esplendor aquella noche y Hermione los quedó mirando, mientras se acercaba lentamente. Draco, sin saber que pretendía ella, tragó saliva y le miró los labios unos segundos.

- Sí… es muy importante para mi.

Lo dijo casi por inercia, sin poder dejar de mirar los ojos de Draco, mientras seguía acercándose milímetro a milímetro a él, quien retrocedía lentamente, hasta que en un momento, dejó de hacerlo y pasando la lengua por sus labios, se acercó también a ella. Ambos, quedaron frente a frente con una ligera separación, que les permitía sentir el aliento del otro. Hermione estaba absorta en los grises ojos y Draco hipnotizado por aquellos largos y finos labios que se abrían lentamente.

- Tus ojos… son hermosos… Jamás me había fijado en ellos.

No dejó de mirarlos, hasta notar que al hablar sintió el roce de los labios de él, quien trago otra vez ruidosamente saliva. Ambos, en sentir tan tenue contacto, buscaron la mirada del otro y se apartaron bruscamente, notando el calor del cuerpo subirse a sus mejillas.

- Nunca te has fijado en mi… como hombre. Sólo lo haces como enemigo.

Draco deseó agregar “y como mascota”, pero solo lo recitó en su cabeza, mientras contenía el deseo de llevar la punta de sus dedos a los labios, para comprobar que el roce que había sentido eran los labios de aquella chica, quien lo hacía sin reserva alguna, incrédula de lo que había pasado.

- Creo que en ello tienes razón, pero este año, mi imagen de ti ha cambiado tanto…

Dejó de tocar sus labios, en notar que estaba mal que lo hiciera y se levantó, ordenando su falda rápidamente.

- ¿Te vas?... Pueden descubrir si entras ahora.

- ¿Cómo lo sabes?

- Sólo confía en mi… Yo te llevaré sin ser descubierta a tu sala común… Vamos

Ella le miró incrédula, mientras él limpiaba su uniforme, sacando la varita. Ella sólo le siguió, mientras revivía en su cabeza cada segundo de aquel acercamiento, deseando que se repitiera.

La guió sin problemas a la sala común. En llegar allí, ambos no sabían qué decir y fue ella quien rompió el silencio.

- Gracias por traerme… ¿Por qué… estabas tan mal? Perdona si lo pregunto pero… me preocupas.

- Han pasado algunas cosas en mi familia. Sólo… estoy algo débil. Es una suma de cosas. No te preocupes, estoy bien.

¿Se había escuchado? ¿Qué no se preocupe por él? ¿Desde cuando él asumía que ella estaba interesando en lo que a él le pasara? Ella dejó escapar un suspiro e intento sonreírle, se acerco como si fuera algo de todos los días y le abrazo sintiendo el respingo que esto produjo en el cuerpo de draco y dejo escapar una tímida carcajada que fue callada por el contacto de la mano de el en su espalda, estuvieron así unos segundos sin poder creer que fuera real todo lo que estaba sucediendo

Se aparto un poco de ella intentando matar la privacidad del momento que había llegado a ser demasiado incomodo

-- Es tarde, me voy a las mazmorras, no.. Comentes con nadie lo que has visto, ni mucho menos lo que a pasado hoy--- intento que su voz sonara molesta, fría y distante pero no tuvo ningún éxito

-- por supuesto que no lo haré, no tengo la intención de que sepan que me junto y preocupo por una serpiente venenosa.

Ella sonrió burlescamente y se volteo para decir lo mas bajo que pudo “risotadas de caramelo” sin mirar atrás entro detrás del retrato de la mujer gorda mientras el slytherin sonreía al notar que ella intento que el no escuchara el santo y seña, algo entupido para quien ha pasado las ultimas noches en su recamara.

Draco caminaba pesadamente, le pesaba el alma, bajo las escaleras con lentitud apoyando una mano en el sucio muro para no perder el equilibrio, estaba fatigado, había pasado por alto la hora de la cena, solo recordó no haber probado bocado cuando su estomago se lo recordó. Tardo más de lo habitual en llegar frente al retrato ubicado en las frías mazmorras, no supo como no se topo con ningún profesor sin enterarse de que snape lo vio pero le dejo pasar en ver que se dirigía a la sala común, y por notar su estado famélico.

Era una de las primeras noches que no pasaba con Hermione, se sentía vació, se metió a la cama sin quitarse el uniforme, no tenia fuerzas para ello, el abrazarse solo le hizo sentir peor, el calor del cuerpo de ella se le había hecho normal, cerro los ojos y pudo sentir el aroma impregnado en su ropa y sin pensar la razón se transformo en hurón y se escabullo entre sus ropas sintiendo el calor de estas y el aroma de hermione.

-- ¿Por qué hoy que más la necesito tengo que estar solo? , ¿Por qué la necesito a mi lado? … ¿Qué demonios me esta pasando..?

No quiso pensar más en las cosas que habían ocurrido en el día y lo logro al cerrar los ojos, para el no existía nada mas que el calor y el aroma de aquella chica que lo estaba desconcertando en tal medida que comenzaba a perder el sentido de la cordura.

A la mañana siguiente Pansy entro más sin tocar a la puerta, cosa nada habitual, en un comienzo solo vio un bulto de ropa pero en encontrar al pequeño hurón envuelto en aquellas ropas no lo resistió y lo tomo en sus brazos apegándolo a sus pechos mientras le tomaba la cara.

-- ¡¡Draco!!, me encanta cuando te conviertes en hurón, ¿Lo haces todas las noches?, como ya no me dejas entrar a tu cuarto – hizo un gesto de desaprobación con los labios y dejo al hurón en la cama ya que esté se movía para intentar zafarse.

Malfoy despertó de golpe, nada contento se volvió humano buscando ropa limpia sin importarle que ella le viera desnudo, luego de haber cubierto la zona privada se volteo para mirarla a los ojos.

-- y si no te lo permito, ¿Qué demonios haces en mi recamara? ¿Crees que mi padre pago para tener una para mi solo para que tu entres en ella?

-- Snape me pidió que te avisara que te necesita en su despacho, al parecer era algo importante y nada bueno, aunque Snape siempre tiene esa cara.

A pesar de que no tenía ningún interés en hablar con Snape pero eso era mejor que estar con la pegajosa Pansy, se lavo y vistió apresuradamente, solo podía pensar en que tenia el tiempo exacto para ir a comer y a clases, no podía perder demasiado tiempo con el, mucho menos cuando la primera clase era compartida con una manada de leones.

Cuando llego al despacho se quedo en la puerta meditando porque sentía un frió en el corazón y un dolor punzante en el pecho, intento hacer caso omiso y se acerco a picar la puerta cuando la larga nariz de Snape se asomo detrás de esta, este le invito a pasar y draco lo hizo sin demasiado animo, cuando en el sombrío despacho vio a sus padres sentados cada uno en una de las sillas frente al escritorio del profesor sus pies no respondieron y se quedo parado frente a ellos.

¿Qué estaban haciendo en el colegio a mitad de las clases?

¿Pretendían hablar lo que su madre le había confesado el día anterior?

¿Acaso intentaban hablarlo en presencia de Snape?

Draco dudo un poco pero se giro sobre sus talones para intentar marcharse pero la voz fría de su padre le detuvo, fuera de todo lo que estaba pasando el increíble respeto que su padre le inculcaba no tenía límite, volvió a girarse y lo miro buscando sus ojos, pero este seguía mirando al pupitre del docente.

-- Toma asiento tenemos algo importante que decirte.

Su padre no se volteo para mirarlo y su madre apretaba su cartera de mano con los ojos fijos en el suelo, se notaba el rastro de las lágrimas secas en sus pómulos, Draco solo les miro alternamente y no se movió de donde estaba.

-- no tengo tiempo, tengo que desayunar, estoy retrasado para ir a la primera clase – se volteo rápidamente casi chocando con su profesor quien se aparto enseguida.

-- No hay necesidad de que vallas a clases, te hemos trasladado a Durmstrang, mañana nos vamos, tu madre se quedara en la mansión, sabes lo que significa ya no eres un niño, no tenemos porque aparentar que nos amamos, vivirás conmigo y vendrás a ver a tu madre cada verano, hoy puedes faltar a clases para que te despidas, mañana temprano vendré a buscarte, esta todo preparado.

Draco se tuvo que apoyar del mueble que estaba mas cercano, no se esperaba algo asi, la habitación le dio vueltas sin saber si era de la impresión o de la fatiga de no haber comido en horas, volteo la cabeza intentando comprobar que era cierto, vio las lagrimas de su madre y a su padre apretar el bastón con fuerza, era verdad, Draco intento componerse pero no podia su mundo se estaba despedazando a pedazos y el no era capaz de hacer nada, todo lo que habia tenido se desvanecía. Draco se incorporo controlando el mareo pero no fue capaz de decir nada, solo salio de la habitación con la mirada perdida…

¿Qué debía hacer?