Autor: Vladirmir
Personajes: De JKR
Pareja: Draco-Astoria- Scorpius
Categoría: incesto – Drama
Ranking: M
Correctora: ILSly
ADVERTENCIA= CONTIENE INCESTO y escenas de tipo sexual.
Luego de largas y eternas horas en la peluquería mágica, Astoria pago satisfecha de lo que habían hecho con su cabello, y sonriendo salió a dar un paseo por el callejón Diagon, vio en una de las vidrieras un chape para el pelo con una hermosa mariposa purpura, y se enamoró de ella, cuando entró en la tienda notó que había un hermosa pluma con una serpiente en su mango, y lo supo, era un regalo perfecto para Draco, así que luego de pagar ambas cosas decidió seguir mirando para comprarle algo a su hijo, y que tienda mejor que la de aquel deporte que a Scorpius tanto como a su esposo les encantaba, ella sabía que su hijo quería algo en particular pero no podía recordar que era lo que le había mencionado.
- Hola señora Malfoy – se escucho una voz varonil detrás de él y aunque no la pudo reconocer sintió un aroma de fresas y miel, le recordó enseguida a una pareja muy amiga de Draco.
- Hola Nicolás Nott, ¿cómo están tus padres?- me voltee se volteo para mirar a aquel chico de cabellos negros piel pálida y aquellos hermosos ojos heredados de su madre.
- Mi padre está en el ministerio como siempre, y bueno mi madre recorriendo el mundo en busca de nuevas especies, lo de siempre, aunque puede que mi madre llegue antes porque le avise que llegaría unos días antes. – Nicolás hablaba con el mismo tono inocente y soñador de su madre pero su estatura y presencia eran dignos de su padre.
- ¿Les han dejado salir antes? Scorpius no me dijo nada – los ojos de Astoria se empequeñecieron.
- Bueno… puede que fuera a casa de su novia primero ¿no? ¿Unos días? – Nicolás se mordió el costado de uno de sus dedos en notar que había dicho algo inapropiado.
- ¿Mi hijo tiene novia? –su sorpresa se escapo en sus palabras al alzar la voz, y aunque Nott intento escapar la mano de Astoria se lo impidió.
- Bueno, tal vez, digo, está en edad ¿no? No es que yo sepa algo, es solo que se rumorean cosas con Rose Weasley – se soltó de Astoria y le sonrió- bueno fue un gusto señora Malfoy pero ya tengo que irme a mi casa, mi padre debe estar esperándome.
- Espera antes de que te vayas, ¿me ayudas a comprar un regalo para Scorpius? - con ayuda de Nicolás compro las últimas dos cosas que había adquirido la tienda y otras que según el menor de los Nott, su hijo llevaba tiempo deseando.
- Por cierto señora Malfoy, su hijo no deja de hablar de usted, pero tiene razones para hacerlo, realmente es más hermosa de lo que él la describe – el chico se acerco a ella para tomarle la mano y le dio un beso en ella- fue un placer volver a verla
- Pero que cosas dices… - no alcanzo a sonrojarse pues alguien la abrazo por detrás y se sobresalto.
-Hola cariño, hace tanto que no te veía… ¿y Draco? ¿No me digas que has salido sin él?- Blaize soltó a Astoria de su agarre y esta le miro sonriendo- pensé que ese hombre sabia valorar más lo que tiene
- Nunca vas a cambiar ¿eh?- sonrió y lo abrazo ella esta vez mientras escuchaba a Nott llamar a su hijo Nicolás. No solían reunirse pero Astoria adoraba a los amigos de su esposo, eran amables, atentos y por sobre todo muy aduladores; y aunque acostumbrarse a sus esposas fue algo complicado, de Luna Lovengood de sobre manera, había terminado por tomarles cariño, y se encargaba de comprar sus regalos de navidad.
- Astoria, que hermosa te ves hoy, aunque siempre lo has sido –Luna le sonrió amablemente y la abrazo con cariño, la esposa de Nott era única en el mundo y eso todos lo sabían, por eso no intentaban entenderla solo la querían.
- Gracias Luna, solo he retocado mi cabello –sonrió y se contaron algunas cosas hasta que Astoria noto que se había hecho tarde y dejándolos en aquel café se fue a su mansión, después de todo estaba ansiosa de poder ver a su hijo, aunque tuviera que fingir falsa sorpresa a la hora de verlo.
Luego de disculparse de todos los presentes y tomar todos los paquetes, desapareció para cruzar a los pocos minutos el portón mayor de la mansión, se sentía ansiosa; tal vez su hijo ya estaba allí, de seguro no le había mandado una carta porque quería darle una sorpresa, después de todo nadie la conocía mejor que su hijo, sonriendo entro a su casa con paquetes en mano, la voz de su esposo le emociono, volviendo a sentir el cosquilleo en el estomago, dejo los paquetes para correr al salón de donde venia la voz, cuando logro verlo noto la mirada de su esposo y sonrió, de seguro estaba alucinado por como se veía, habían hecho un muy buen trabajo con su cabello, y eso la alegraba. Draco por el contrario lucia furioso y sin comprender nada Astoria termino siendo bofeteada por él y vio a su hijo parado en el umbral.
- Sco-scorpius – con dificultad se levanto y se ordeno la ropa intentando aparentar que no había ocurrido nada pero la mirada de su hijo, asesinado a su esposo le advirtió que ni siquiera intentara decir algo a su favor.
-¿Por qué demonios lo has hecho? – susurro con una voz que no era de él, la ira se había apoderado de su cuerpo por completo.
- Yo, Scorpius no es lo que parece, ha sido un accidente, yo jamás… -se quedo callado al ver que su hijo le apuntaba con aquella varita blanca, la única en su especie, pluma de unicornio, veneno de escorpión y escamas de sirena, Draco lo recordaba bien, pues había acompañado a su hijo a comprarla.
- No me mientas padre, no hace falta, lo vi, no tienes para que inventar algo que no es, vi como la golpeaste, ¿Madre, le diste motivos para que reaccionara de esa forma aunque no fuera la correcta? – Astoria movió la cabeza para mirar a su esposo quien ni siquiera le dirigía la mirada y afirmo con la cabeza.
- Yo tengo la culpa hijo, deja que tu padre y yo solucionemos esto, es problema de adultos.
- No, madre no lo haré, no pienso dejarte con él a solas, y no te creo nada, Draco Malfoy sal de la habitación –su padre se sorprendió de sus palabras y le miro estupefacto.- que… salgas de la habitación… --volvió a repetir perdiendo los estribos- ¡¡QUE TE VALLAS!! ¡¡NO QUIERO VERTE!!
Draco solo afirmo con la cabeza y salió del lugar con la mirada distante sabía que no era el momento de dar explicaciones ni de intentar solucionar las cosas, y desapareció en silencio, Astoria no sabía qué hacer, no quería causar problemas y mucho menos que su hijo descubriera la verdad, pero ya era demasiado tarde habían cosas que ya no se podían ocultar, menos aun a un muchacho que se estaba convirtiendo en un hombre.
- Madre… ¿estás bien? – Scorpius se acerco a ella y le acaricio la mejilla con tristeza, la adoraba y verla así le estaba rompiendo el corazón, ella no se sentía capaz de mirarlo a los ojos y el término tomándole el mentón para que lo hiciera.
- No me mires –susurro intentando volver a mirar el suelo pero él le obligo a que lo mirara
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- ¿Por qué no me lo dijiste madre?... ¿hace cuanto que te golpea? –suspiro y le limpio las mejillas pero ella negó enseguida con la cabeza
- Es la primera vez que lo hace – Scorpius la acerco poniendo una mano en la espalda de ella y la abrazo contra su cuerpo – no creas cosas que no son.
- Madre no tienes que mentirme conozco bien a mi padre… solo he terminado de abrir los ojos –la voz de Scorpius se quebraba poco a poco, cerró los ojos abrazando a aquella mujer que estaba comenzando a robar sus sueños.- no es él quien me preocupa, sino tu Astoria
Ella apretó la ropa de él a la altura de su espalda, sabía que le estaba haciendo daño a su hijo y eso la mortificaba, no era eso lo que quería, había mentido tanto tiempo para que eso no llegara a pasar, pero tantos años de protegerle la habían dañado, se había cortado al sostener un vidrio trisado hace mucho, todo con tal de lo que viera su hijo reflejado siguiera siendo aquella mentira que ahora había sido despedazada.
El sollozo de Astoria inundo la habitación y su hijo intentaba consolarla entre sus brazos, pero a cada segundo aquel llanto era más desolador, desgarraba la garganta de aquella mujer de rubios cabellos tanto como el corazón de aquel hombre que la sujetaba, cuando él se aparto lentamente ella intento tranquilizarse para dejarle hablar.
- Vamos a tu habitación madre, necesitas descansar, no te preocupes yo cuidare de ti, nunca volverás a sufrir, ya estoy aquí… no llores mas.
Y como cada año, ella sonrió, el tenia mucha razón en sus sabias palabras, y eso Astoria lo sabía, año tras año, la llegada de su primogénito era el único momento de dicha que tenia, y ahora era el único apoyo que poseía, nunca lo pondría en duda, Scorpius era su razón de vivir, era el aire que necesitaba para seguir luchando, y el saber que su propio hijo le era tan indispensable para ella, la estaba comenzando a preocupar, sobre todo luego de haber escuchado a Nicolás y aquella frase se le vino a la mente “puede que fuera a casa de su novia primero ¿no? ¿Unos días?” Tenía miedo de que eso fuera verdad… porque significaría que Scorpius se alejaría de ella, y ahora mismo no se sentía capaz de apartarse de él.
Al subir a la habitación Scorpius la recostó en la cama y le limpio las mejillas, luego de consolarla unos segundos con palabras que ella no era capaz de escuchar, pero su corazón sentía alivio cada vez que él le acariciaba el pelo o las mejillas, y lentamente una sonrisa para tranquilizar a su hijo salió de sus labios.
- Ya me encuentro mejor Scorpius… muchas gracias por todo de verdad, no sé qué haría sin ti, eres mi razón de vida –ella subió su mano que en ese momento estaba fría hasta la mejilla de él, acaricio su rostro con ternura y el cerro los ojos para disfrutar de la caricia, solo entonces ella noto la cercanía que tenían, no le incomodaba, era su hijo pero una extraña sensación nació en su corazón en verlo con aquellos ojos cerrados y notar que el empapaba sus labios al pasar su fina lengua primero por el inferior para luego terminar de humedecer el superior, y ella se sintió sucia, al estar observando aquello sin poder dejar de mirar, sonrojada en un impulso cerró los ojos y suspiro intentando alejarse un poco de aquella intima situación.
- Sabes, tengo tantas cosas que contarte madre, me he sentido tan vacio este año sin ti, no he podido dejar de recordarte – ella abrió los ojos y cuando noto que el brillo de los ojos de su hijo era distinto se aparto algo confundida- sé que esto no debería pasarme nunca, que tal vez es una enfermedad…
- No, yo creo que estas confundido, yo también te extrañe cariño pero estas confundiendo las cosas – ella leyó sus ojos y sabía que las hormonas de su hijo, entre otras cosas, podían estar causando estragos en el pobre corazón del chico.
- No, las confundo, las he aclarado durante todo el año escolar… y sé lo que siento –ella le puso dos dedos en los labios intentando callarlo, todos los acontecimientos del día la estaban mareando y no estaba segura de si podría con más sucesos, pero cuando ella se movió para apartarse el beso sus dedos y luego de quitarlos se acerco abrazándola- hoy solo déjame consolarte… tu corazón lo necesita madre
Y así se quedo, luego de dejar escapar un profundo suspiro abrazo a su hijo y dejo que este le acariciara el pelo como hace tanto nadie lo había hecho, ella misma no era capaz de recordar cuanto tiempo había pasado desde la última vez que alguien le había dedicado tantas caricias, días, meses, tal vez incluso años, el pensar en aquello la entristeció y volvió a llorar, el calor de su hijo la llenaba y embriagaba calentando su congelado corazón.
Sin ser capaces de calcular el tiempo se apartaron para mirarse, ahora que lo hacía, él ya no parecía un niño, era un adulto, era todo un hombre, y la mirada decidida se lo decía todo, tenía el carácter de su padre, aquello que había enamorado a Astoria, cuando querían algo lucharían por ello hasta el final.
- Perdóname madre – sonriendo le tomo la cara con ambas manos y se acerco acortando toda distancia entre ellos atrapando los labios de aquella que era su madre, pero que ante sus ojos era una mujer, y no una cualquiera sino la que le había robado el corazón.
Ella sintió los labios de su hijo como los del propio Draco y cedió solo una milésima de segundos, en las que Scorpius la abrazo lentamente, luego de sentir y ser consciente de lo que sus acciones significaban aparto a su hijo por el cuello mirándolo confundida y sobre todo molesta con ella misma.
- Esto está mal, sal de mi habitación Scorpius y medita sobre lo que has hecho… no puede volver a pasar, todo esto solo ha sido un mal entendido- termino de apartarlo y se fue al baño a darse una ducha, lo necesitaba, su mente más que su cuerpo, cuando dejo que el agua tibia mojara su cuerpo las ideas fueron despejándose, de aquellos sentimientos que las tenían nubladas, todos los sucesos del día se agolpaban en su mente.
Su esposo le había golpeado ¿Por qué lo había hecho?
Su hijo había descubierto que su matrimonio no era perfecto como ella lo montaba ¿Lo habría sabido desde antes?
Y por último, lo peor del día, había besado a su hijo, ¿Qué era lo que pretendía él cuando la beso?
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Draco se quedo petrificado al escuchar a su hijo gritarle así, no tenía nada que decir a su favor y prefirió retirarse del lugar a reflexionar que decir para que su hijo no le odiara por lo que acababa de ver, pero… ¿Qué decir? ¿Cómo cubrir los hechos con otras mentiras? Era imposible, la verdad había salido a luz y era absurdo tapar el sol con un dedo.
Salió en silencio del lugar y camino por la mansión intentando entender en qué momento las cosas se le escaparon de la mano de esta forma, en qué momento llego a golpear a su esposa, él que había sido criado por la mano cariñosa de su madre, había perdido los estribos cuando por primera vez en todos los años que llevaba con Astoria, llego a pensar que ella pudiera si quiera estar interesada en alguien más que él, y peor aun llego a imaginárselos juntos; tal vez el carácter de su padre había influido en que fuera más violento y impulsivo, pero era la primera vez que estaba arrepintiéndose de algo que había hecho, y no solo porque su hijo lo había presenciado y esto cambiaria todo en el entorno familiar, sino porque realmente sabia que ella no se lo merecía.
Caminando por el patio lateral del castillo, paso junto a una enorme estatua de un dragón, que había sido esculpida el día de su propio nacimiento, su madre siempre le contaba esa historia, mientras estuvo viva, mirando el animal forjado en mármol, lo toco con un dedo sintiendo lo frio que era, tal vez se parecía más a él de lo que pensaba, aparentaba ser fuerte, rudo, imponente y frio, pero sabía que él había podido amar, lo había hecho en un momento, y toda esa imagen desapareció solo frente a Astoria, frente a ella un tiempo ese dragón había dejado de enseñar los dientes y escupir fuego, y la había dejado cabalgarlo para enseñarle las cosas hermosas del mundo con aquellas alas que se le habían sido otorgadas.
Flash Back
Era el día de navidad, aun no nacía Scorpius, y Draco llegaba tarde del trabajo en el ministerio, Astoria estaba acostumbrada a ello, pero aquella noche había prometido llegar antes, así que con la mirada baja, perdida en el interesante tapiz de la alfombra suspiraba, cuando Draco apareció con un chasquido, antes de que ella alcanzara a levantar la cabeza él se había acercado y tomándole el mentón la beso con desespero, cuando luego de unos segundos la dejo alejarse solo lo suficiente para respirar le dejo hablar.
- ¿Qué ha pasado? … pensé que llegarías a medio día
- Me ha sido imposible poder venir, ya sabes lo estúpido que son los aurores, me han pedido que inspeccione unos artículos porque tenían sospechas de que tuvieran algún tipo de magia negra, y me he demorado más de lo que creí, pero no te preocupes recuperaremos el tiempo perdido
Sonrió como solo con ella lo hacía y comenzó a tocarle el muslo, pero ella le detuvo, entonces besándola lento se aparto y busco entre sus ropas una pequeña caja de regalo, ella sonrió y la tomo entre sus manos.
- Pensé que lo olvidarías como el año anterior.
- Bueno debo reconocer que el año anterior lo hice apropósito para ver que hacías, pero como ya sé que te pones a llorar, no volveré a hacerlo, sabes que odio verte llorar – le acaricio la mejilla dulcemente y comenzó a besarla dejando la caja con su regalo en la mesita, impidiendo que descubrirá el hermoso collar de una hermosa rosa cubierta por un dragón, ya lo haría luego, ahora él la necesitaba en ese mismo momento, y en eso siempre había sido caprichoso, la quería y tenía que ser en ese mismo instante, nadie hacia esperar a un Malfoy.
Fin del Flash Back
Miro a la mansión y vio la luz que provenía de la habitación matrimonial, supuso que ella se habría ido a dormir y que Scorpius la abría dejado a solas, así que se dirigió a paso rápido hacia allí, necesitaba hablar con ella, necesitaba un bálsamo para su culpa de haberla golpeado sin si quiera tener razones reales, aunque lo más seguro que con una mujer como Astoria jamás llegaría a tener si quiera una razón para hacer algo así.
Subió las escaleras de dos en dos mientras su capa verde musgo se flameaba a cada movimiento, en cuando llego al tercer piso doblo; empujo la puerta de la habitación pero con cautela, si ella estaba aun con Scorpius no pretendía interrumpir ni mucho menos volver a escuchar a su hijo gritarle, abrió con lentitud y no vio a nadie así que entro silencioso y escucho un suave sonido que provenía del baño y se encamino al lugar , la vio a los pocos segundos, estaba desnuda como tantas veces la había visto, pero algo que hace meses había dejado de hacer, porque había perdido el tiempo en otros brazos, en otras pieles, olvidando que a la que tenia por esposa era lejos la que más anhelaba.
Ella parecía absorta en sus pensamientos, estaba bajo la regadera mirando el infinito acariciando su cuerpo con las espumas producidas por la esponja, se acerco y la abrazo por detrás notando el respingo que ella daba por el contacto, notó que intento apartarlo y volteo pero la cara de sorpresa no fue percibida por Draco quien escondía la cara en la espalda de la mujer.
- No digas nada… no quiero hablar de ello hoy – susurro mientras comenzaba a besar su espalda, ella temblaba al contacto, era una mezcla de miedo y sorpresa de que él actuara de esa forma.
- No lo haré… sabes que nunca te he obligado a decir las cosas, ya lo harás en su momento
Él le volvió a besar la espalda mientras ella se dejaba hacer y el agua terminaba de empapar su cuerpo, la beso lentamente, centímetro a centímetro acercándose a sus labios mientras sus manos acariciaban aquel cuerpo que hace meses le pedía por caricias, sus manos subían a sus pechos acariciándolos mientras ella apoyaba ambas manos en la pared que tenía enfrente dejando que el agua callera por todas su espalda, hasta la ropa de Draco que se juntaba con el cuerpo de ella a la altura de la pelvis, mirarla así revivió en Draco antiguos deseos que había creído perdidos, pero que al escuchar de la boca de ella en aquella dulce voz un pequeño gemido le erizo los cabellos, mientras la apegaba más a él.
- D-Draco… esta Scorpius en la habitación contigua
- Ya es mayor…
Fue lo único que tuvo por respuesta Astoria antes de que Draco girara la perilla del grifo y la llevara a la habitación, despojándose en segundos de la ropa mojada para recostarse sobre ella para comenzar a besarla con deseo. Ella le respondió acariciándole la espalda desnuda y el abdomen en aquellos abdominales que se delineaban siempre tan bien y que se endurecían cuando se movía contra ella. Aunque Draco no lo notó Astoria estaba algo incomoda, miraba la puerta de la habitación en ocasiones pero por las caricias que él le proporcionaba termino olvidando muchas cosas y llevando la mano por el camino de su vientre a su entrepierna notando que en cuanto ella comenzaba a tocarle el cerraba los ojos y se mordía el labio, extrañaba tanto las reacciones de Draco ante las cosas que ella le hacía o provocaba, que se deleitó con cada una de sus expresiones, intentando darle la mayor cantidad de placer, olvidando por completo lo mal que la había tratado, lo mucho que la había ignorado e incluso el numero de chicas que abrían hecho lo mismo con él hace solo unos días.
Ella abrió las piernas en señal para Draco, quien reconociéndola enseguida le tomo y la acerco a él besándola, mordiendo sus labios por la excitación, comenzando a escuchar los jadeos de ella cuando se acercaba y luego sus gemidos suaves en un comienzo y fuertes, cuando el aumentó notoriamente el ritmo, era suya, solo suya y eso le encantaba, había olvidado lo placentero que era tenerla para él, sentirse dentro de ella y saber que solo él era quien la enloquecía de tal manera.
Siempre en todos los años que llevaban él había sido el que llevaba el completo control de la parte sexual de la relación, pero notaba a Astoria más deseosa, lo relaciono con la falta de sexo que ella tenía, porque él no sabía lo que era eso, le había sido infiel siempre, en cambio ella no había tenido nada en meses y conociéndola como la conocía ni siquiera se había dado placer ella misma, era demasiado tímida para algo así. Fue una sorpresa para él ver que ella le empujaba y se sentaba sobre él, apoyando ambas manos en el pecho de Draco comenzó a moverse subiendo y bajando, Draco dejo escapar un sonoro gemido cuando ella se movió por primera vez, él sabía que así él sentía mucho más que en las posiciones en las que él dominaba. Pero por una razón de hombría le gustaba mostrarse dominante ante ella; pero como se arrepentía, lo había hecho con miles de chicas en esa posición pero ver los formados y levantados pechos de ella subir y bajar dando botes mientras ella tiraba la cabeza hacia atrás y sus hermosos cabellos se mojaban con su sudor le volvía loco. Le ayudo a moverse tomándola de la cadera y moviéndose contra ella en ocasiones cuando la veía algo agotada, pero su ritmo era constante y acelerado, contrario a lo que siempre había pasado en su relación Draco fue el que comenzó a gemir y jadear ruidosamente, tanto que en ocasiones ella le pedía que bajara el volumen.
- No puedo… lo haces espectacular, sigue… estoy seguro de que no podre mucho más, si sigues moviéndote así.
Y estuvo en lo correcto, ella volvió moverse pero por su cansancio esta vez lo hizo en círculos y de adelante hacia atrás, a lo que Draco respondió apretando los dedos en la cadera de ella, y lo vio, una sonrisa de medio lado se formo en la cara de Astoria y volvió a hacerlo una y otra vez hasta escucharlo decir de miles de formas la misma orden, que ella no se detuviera y entonces lo sintió, él la empujo contra si como queriendo estar lo más adentrado en ella que pudiera, se recostó sobre él y le acaricio el pecho, ambos estaban exhaustos y se cubrieron con las sabanas, aunque Astoria estaba feliz de lo que había pasado, tenía un sentimiento de culpa, porque sabía que Scorpius lo había escuchado todo.
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Scorpius salió de la habitación y se encerró en la suya suspirando mientras se tomaba el pecho con la mano en un intento estúpido de no dejar escapar a su corazón que amenazaba con salir disparado de el, nunca había sentido algo así con una chica, y solo había sido un suave beso, un roce de labios que le desesperó y revolucionó el cuerpo de tal manera que se sentía mareado y exaltado en cada uno de sus poros, el sabor de lo prohibido aun estaba en sus labios y el placer de haber eche hecho algo que llevaba deseando hace un año entre sueños y divagaciones.
Pero su felicidad no duro mucho, cuando se llevo la mano a los labios para recordar los de su progenitora escucho la puerta de la habitación de esta abrirse y todo su cuerpo se tensó, se apego a la pared intentando escuchar cuales eran las intenciones del que supo enseguida era su padre. Tenía miedo de que le hiciera algo a su madre y tomando la varita de su pantalón la apretó preparándose para lo peor, escucho un silencio que intento interpretar y luego cuando concentro más su audición y estaba preparado para abrir su puerta e ir en su ayuda o bien demoler la muralla si era necesario, la voz de su madre le llego en un sonido que nunca antes había escuchado, un gemido.
Se quedo completamente paralizado, no era lo que esperaba, no era para lo que se había preparado psicológicamente a enfrentar, y las piernas le temblaron de pánico, de lo que pudiera pasar, y de impotencia de no poder interferir, de no poder hacer nada para impedir que su padre hiciera lo que sabía tenía en mente.
Los escuchó acercase más y supuso habían salido del baño para pasar a la cama y su mente jugaba con el regalándole las imágenes que seguramente estaban pasando en ese preciso momento, mortificándolo con cada detalle de sus cuerpos desnudos, su propia mente estaba jugando en su contra. Se pego a la pared para no caer por la desesperación de tener que estar allí, deseo huir y escapar de ese lugar pero ¿Y si las cosas se escapaban de su curso y su padre terminaba haciéndole daño a Astoria?
Bajo su cuerpo lentamente apoyado en la pared hasta abrazar sus piernas escuchando los gemidos y peticiones de Astoria por más, las lágrimas comenzaron a caer lentamente y eran acalladas en el fondo de jadeos de la habitación contigua.
Y termino de darse cuenta, no podía ser solo una confusión de sentimientos, no podía ser solo que en su idolatría por su madre confundiera los sentimientos, la deseaba, y le estaba rompiendo el corazón escucharla en brazos de otro, aunque ese fuera su propio padre.
Por un momento se produjo un silencio y levanto la cabeza; esperanzado de que todo hubiera acabado pero cuando la voz que comenzó a escuchar fue la de su padre, la tortura termino de matarle. Era su padre el que gemía ahora, porque era ella quien de seguro estaba haciendo algo para que eso ocurriera, ella estaba participando activamente, contrario a lo que su mente estaba intentando crear como consuelo a la situación.
Dejo caer la varita y con la cara llena de lágrimas de impotencia y pena se lo planteo, su padre no la merecía, y haría lo posible porque ella fuera feliz con alguien que de verdad la valorara, sabia que nadie más que el mismo podía hacer algo así, confiaba en que lograría que su madre le quisiera a él y dejara a su padre, porque en el fondo sentía que la única razón por la que su madre no había respondido a su beso era el tonto tabú de que el amor entre familiares era una aberración, pero Scorpius estaba convencido de que eso no era un impedimento para él, después de todo era un Malfoy.
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Personajes: De JKR
Pareja: Draco-Astoria- Scorpius
Categoría: incesto – Drama
Ranking: M
Correctora: ILSly
ADVERTENCIA= CONTIENE INCESTO y escenas de tipo sexual.
Cap 2 “el sabor de otros labios”
Luego de largas y eternas horas en la peluquería mágica, Astoria pago satisfecha de lo que habían hecho con su cabello, y sonriendo salió a dar un paseo por el callejón Diagon, vio en una de las vidrieras un chape para el pelo con una hermosa mariposa purpura, y se enamoró de ella, cuando entró en la tienda notó que había un hermosa pluma con una serpiente en su mango, y lo supo, era un regalo perfecto para Draco, así que luego de pagar ambas cosas decidió seguir mirando para comprarle algo a su hijo, y que tienda mejor que la de aquel deporte que a Scorpius tanto como a su esposo les encantaba, ella sabía que su hijo quería algo en particular pero no podía recordar que era lo que le había mencionado.
- Hola señora Malfoy – se escucho una voz varonil detrás de él y aunque no la pudo reconocer sintió un aroma de fresas y miel, le recordó enseguida a una pareja muy amiga de Draco.
- Hola Nicolás Nott, ¿cómo están tus padres?- me voltee se volteo para mirar a aquel chico de cabellos negros piel pálida y aquellos hermosos ojos heredados de su madre.
- Mi padre está en el ministerio como siempre, y bueno mi madre recorriendo el mundo en busca de nuevas especies, lo de siempre, aunque puede que mi madre llegue antes porque le avise que llegaría unos días antes. – Nicolás hablaba con el mismo tono inocente y soñador de su madre pero su estatura y presencia eran dignos de su padre.
- ¿Les han dejado salir antes? Scorpius no me dijo nada – los ojos de Astoria se empequeñecieron.
- Bueno… puede que fuera a casa de su novia primero ¿no? ¿Unos días? – Nicolás se mordió el costado de uno de sus dedos en notar que había dicho algo inapropiado.
- ¿Mi hijo tiene novia? –su sorpresa se escapo en sus palabras al alzar la voz, y aunque Nott intento escapar la mano de Astoria se lo impidió.
- Bueno, tal vez, digo, está en edad ¿no? No es que yo sepa algo, es solo que se rumorean cosas con Rose Weasley – se soltó de Astoria y le sonrió- bueno fue un gusto señora Malfoy pero ya tengo que irme a mi casa, mi padre debe estar esperándome.
- Espera antes de que te vayas, ¿me ayudas a comprar un regalo para Scorpius? - con ayuda de Nicolás compro las últimas dos cosas que había adquirido la tienda y otras que según el menor de los Nott, su hijo llevaba tiempo deseando.
- Por cierto señora Malfoy, su hijo no deja de hablar de usted, pero tiene razones para hacerlo, realmente es más hermosa de lo que él la describe – el chico se acerco a ella para tomarle la mano y le dio un beso en ella- fue un placer volver a verla
- Pero que cosas dices… - no alcanzo a sonrojarse pues alguien la abrazo por detrás y se sobresalto.
-Hola cariño, hace tanto que no te veía… ¿y Draco? ¿No me digas que has salido sin él?- Blaize soltó a Astoria de su agarre y esta le miro sonriendo- pensé que ese hombre sabia valorar más lo que tiene
- Nunca vas a cambiar ¿eh?- sonrió y lo abrazo ella esta vez mientras escuchaba a Nott llamar a su hijo Nicolás. No solían reunirse pero Astoria adoraba a los amigos de su esposo, eran amables, atentos y por sobre todo muy aduladores; y aunque acostumbrarse a sus esposas fue algo complicado, de Luna Lovengood de sobre manera, había terminado por tomarles cariño, y se encargaba de comprar sus regalos de navidad.
- Astoria, que hermosa te ves hoy, aunque siempre lo has sido –Luna le sonrió amablemente y la abrazo con cariño, la esposa de Nott era única en el mundo y eso todos lo sabían, por eso no intentaban entenderla solo la querían.
- Gracias Luna, solo he retocado mi cabello –sonrió y se contaron algunas cosas hasta que Astoria noto que se había hecho tarde y dejándolos en aquel café se fue a su mansión, después de todo estaba ansiosa de poder ver a su hijo, aunque tuviera que fingir falsa sorpresa a la hora de verlo.
Luego de disculparse de todos los presentes y tomar todos los paquetes, desapareció para cruzar a los pocos minutos el portón mayor de la mansión, se sentía ansiosa; tal vez su hijo ya estaba allí, de seguro no le había mandado una carta porque quería darle una sorpresa, después de todo nadie la conocía mejor que su hijo, sonriendo entro a su casa con paquetes en mano, la voz de su esposo le emociono, volviendo a sentir el cosquilleo en el estomago, dejo los paquetes para correr al salón de donde venia la voz, cuando logro verlo noto la mirada de su esposo y sonrió, de seguro estaba alucinado por como se veía, habían hecho un muy buen trabajo con su cabello, y eso la alegraba. Draco por el contrario lucia furioso y sin comprender nada Astoria termino siendo bofeteada por él y vio a su hijo parado en el umbral.
- Sco-scorpius – con dificultad se levanto y se ordeno la ropa intentando aparentar que no había ocurrido nada pero la mirada de su hijo, asesinado a su esposo le advirtió que ni siquiera intentara decir algo a su favor.
-¿Por qué demonios lo has hecho? – susurro con una voz que no era de él, la ira se había apoderado de su cuerpo por completo.
- Yo, Scorpius no es lo que parece, ha sido un accidente, yo jamás… -se quedo callado al ver que su hijo le apuntaba con aquella varita blanca, la única en su especie, pluma de unicornio, veneno de escorpión y escamas de sirena, Draco lo recordaba bien, pues había acompañado a su hijo a comprarla.
- No me mientas padre, no hace falta, lo vi, no tienes para que inventar algo que no es, vi como la golpeaste, ¿Madre, le diste motivos para que reaccionara de esa forma aunque no fuera la correcta? – Astoria movió la cabeza para mirar a su esposo quien ni siquiera le dirigía la mirada y afirmo con la cabeza.
- Yo tengo la culpa hijo, deja que tu padre y yo solucionemos esto, es problema de adultos.
- No, madre no lo haré, no pienso dejarte con él a solas, y no te creo nada, Draco Malfoy sal de la habitación –su padre se sorprendió de sus palabras y le miro estupefacto.- que… salgas de la habitación… --volvió a repetir perdiendo los estribos- ¡¡QUE TE VALLAS!! ¡¡NO QUIERO VERTE!!
Draco solo afirmo con la cabeza y salió del lugar con la mirada distante sabía que no era el momento de dar explicaciones ni de intentar solucionar las cosas, y desapareció en silencio, Astoria no sabía qué hacer, no quería causar problemas y mucho menos que su hijo descubriera la verdad, pero ya era demasiado tarde habían cosas que ya no se podían ocultar, menos aun a un muchacho que se estaba convirtiendo en un hombre.
- Madre… ¿estás bien? – Scorpius se acerco a ella y le acaricio la mejilla con tristeza, la adoraba y verla así le estaba rompiendo el corazón, ella no se sentía capaz de mirarlo a los ojos y el término tomándole el mentón para que lo hiciera.
- No me mires –susurro intentando volver a mirar el suelo pero él le obligo a que lo mirara
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- ¿Por qué no me lo dijiste madre?... ¿hace cuanto que te golpea? –suspiro y le limpio las mejillas pero ella negó enseguida con la cabeza
- Es la primera vez que lo hace – Scorpius la acerco poniendo una mano en la espalda de ella y la abrazo contra su cuerpo – no creas cosas que no son.
- Madre no tienes que mentirme conozco bien a mi padre… solo he terminado de abrir los ojos –la voz de Scorpius se quebraba poco a poco, cerró los ojos abrazando a aquella mujer que estaba comenzando a robar sus sueños.- no es él quien me preocupa, sino tu Astoria
Ella apretó la ropa de él a la altura de su espalda, sabía que le estaba haciendo daño a su hijo y eso la mortificaba, no era eso lo que quería, había mentido tanto tiempo para que eso no llegara a pasar, pero tantos años de protegerle la habían dañado, se había cortado al sostener un vidrio trisado hace mucho, todo con tal de lo que viera su hijo reflejado siguiera siendo aquella mentira que ahora había sido despedazada.
El sollozo de Astoria inundo la habitación y su hijo intentaba consolarla entre sus brazos, pero a cada segundo aquel llanto era más desolador, desgarraba la garganta de aquella mujer de rubios cabellos tanto como el corazón de aquel hombre que la sujetaba, cuando él se aparto lentamente ella intento tranquilizarse para dejarle hablar.
- Vamos a tu habitación madre, necesitas descansar, no te preocupes yo cuidare de ti, nunca volverás a sufrir, ya estoy aquí… no llores mas.
Y como cada año, ella sonrió, el tenia mucha razón en sus sabias palabras, y eso Astoria lo sabía, año tras año, la llegada de su primogénito era el único momento de dicha que tenia, y ahora era el único apoyo que poseía, nunca lo pondría en duda, Scorpius era su razón de vivir, era el aire que necesitaba para seguir luchando, y el saber que su propio hijo le era tan indispensable para ella, la estaba comenzando a preocupar, sobre todo luego de haber escuchado a Nicolás y aquella frase se le vino a la mente “puede que fuera a casa de su novia primero ¿no? ¿Unos días?” Tenía miedo de que eso fuera verdad… porque significaría que Scorpius se alejaría de ella, y ahora mismo no se sentía capaz de apartarse de él.
Al subir a la habitación Scorpius la recostó en la cama y le limpio las mejillas, luego de consolarla unos segundos con palabras que ella no era capaz de escuchar, pero su corazón sentía alivio cada vez que él le acariciaba el pelo o las mejillas, y lentamente una sonrisa para tranquilizar a su hijo salió de sus labios.
- Ya me encuentro mejor Scorpius… muchas gracias por todo de verdad, no sé qué haría sin ti, eres mi razón de vida –ella subió su mano que en ese momento estaba fría hasta la mejilla de él, acaricio su rostro con ternura y el cerro los ojos para disfrutar de la caricia, solo entonces ella noto la cercanía que tenían, no le incomodaba, era su hijo pero una extraña sensación nació en su corazón en verlo con aquellos ojos cerrados y notar que el empapaba sus labios al pasar su fina lengua primero por el inferior para luego terminar de humedecer el superior, y ella se sintió sucia, al estar observando aquello sin poder dejar de mirar, sonrojada en un impulso cerró los ojos y suspiro intentando alejarse un poco de aquella intima situación.
- Sabes, tengo tantas cosas que contarte madre, me he sentido tan vacio este año sin ti, no he podido dejar de recordarte – ella abrió los ojos y cuando noto que el brillo de los ojos de su hijo era distinto se aparto algo confundida- sé que esto no debería pasarme nunca, que tal vez es una enfermedad…
- No, yo creo que estas confundido, yo también te extrañe cariño pero estas confundiendo las cosas – ella leyó sus ojos y sabía que las hormonas de su hijo, entre otras cosas, podían estar causando estragos en el pobre corazón del chico.
- No, las confundo, las he aclarado durante todo el año escolar… y sé lo que siento –ella le puso dos dedos en los labios intentando callarlo, todos los acontecimientos del día la estaban mareando y no estaba segura de si podría con más sucesos, pero cuando ella se movió para apartarse el beso sus dedos y luego de quitarlos se acerco abrazándola- hoy solo déjame consolarte… tu corazón lo necesita madre
Y así se quedo, luego de dejar escapar un profundo suspiro abrazo a su hijo y dejo que este le acariciara el pelo como hace tanto nadie lo había hecho, ella misma no era capaz de recordar cuanto tiempo había pasado desde la última vez que alguien le había dedicado tantas caricias, días, meses, tal vez incluso años, el pensar en aquello la entristeció y volvió a llorar, el calor de su hijo la llenaba y embriagaba calentando su congelado corazón.
Sin ser capaces de calcular el tiempo se apartaron para mirarse, ahora que lo hacía, él ya no parecía un niño, era un adulto, era todo un hombre, y la mirada decidida se lo decía todo, tenía el carácter de su padre, aquello que había enamorado a Astoria, cuando querían algo lucharían por ello hasta el final.
- Perdóname madre – sonriendo le tomo la cara con ambas manos y se acerco acortando toda distancia entre ellos atrapando los labios de aquella que era su madre, pero que ante sus ojos era una mujer, y no una cualquiera sino la que le había robado el corazón.
Ella sintió los labios de su hijo como los del propio Draco y cedió solo una milésima de segundos, en las que Scorpius la abrazo lentamente, luego de sentir y ser consciente de lo que sus acciones significaban aparto a su hijo por el cuello mirándolo confundida y sobre todo molesta con ella misma.
- Esto está mal, sal de mi habitación Scorpius y medita sobre lo que has hecho… no puede volver a pasar, todo esto solo ha sido un mal entendido- termino de apartarlo y se fue al baño a darse una ducha, lo necesitaba, su mente más que su cuerpo, cuando dejo que el agua tibia mojara su cuerpo las ideas fueron despejándose, de aquellos sentimientos que las tenían nubladas, todos los sucesos del día se agolpaban en su mente.
Su esposo le había golpeado ¿Por qué lo había hecho?
Su hijo había descubierto que su matrimonio no era perfecto como ella lo montaba ¿Lo habría sabido desde antes?
Y por último, lo peor del día, había besado a su hijo, ¿Qué era lo que pretendía él cuando la beso?
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Draco se quedo petrificado al escuchar a su hijo gritarle así, no tenía nada que decir a su favor y prefirió retirarse del lugar a reflexionar que decir para que su hijo no le odiara por lo que acababa de ver, pero… ¿Qué decir? ¿Cómo cubrir los hechos con otras mentiras? Era imposible, la verdad había salido a luz y era absurdo tapar el sol con un dedo.
Salió en silencio del lugar y camino por la mansión intentando entender en qué momento las cosas se le escaparon de la mano de esta forma, en qué momento llego a golpear a su esposa, él que había sido criado por la mano cariñosa de su madre, había perdido los estribos cuando por primera vez en todos los años que llevaba con Astoria, llego a pensar que ella pudiera si quiera estar interesada en alguien más que él, y peor aun llego a imaginárselos juntos; tal vez el carácter de su padre había influido en que fuera más violento y impulsivo, pero era la primera vez que estaba arrepintiéndose de algo que había hecho, y no solo porque su hijo lo había presenciado y esto cambiaria todo en el entorno familiar, sino porque realmente sabia que ella no se lo merecía.
Caminando por el patio lateral del castillo, paso junto a una enorme estatua de un dragón, que había sido esculpida el día de su propio nacimiento, su madre siempre le contaba esa historia, mientras estuvo viva, mirando el animal forjado en mármol, lo toco con un dedo sintiendo lo frio que era, tal vez se parecía más a él de lo que pensaba, aparentaba ser fuerte, rudo, imponente y frio, pero sabía que él había podido amar, lo había hecho en un momento, y toda esa imagen desapareció solo frente a Astoria, frente a ella un tiempo ese dragón había dejado de enseñar los dientes y escupir fuego, y la había dejado cabalgarlo para enseñarle las cosas hermosas del mundo con aquellas alas que se le habían sido otorgadas.
Flash Back
Era el día de navidad, aun no nacía Scorpius, y Draco llegaba tarde del trabajo en el ministerio, Astoria estaba acostumbrada a ello, pero aquella noche había prometido llegar antes, así que con la mirada baja, perdida en el interesante tapiz de la alfombra suspiraba, cuando Draco apareció con un chasquido, antes de que ella alcanzara a levantar la cabeza él se había acercado y tomándole el mentón la beso con desespero, cuando luego de unos segundos la dejo alejarse solo lo suficiente para respirar le dejo hablar.
- ¿Qué ha pasado? … pensé que llegarías a medio día
- Me ha sido imposible poder venir, ya sabes lo estúpido que son los aurores, me han pedido que inspeccione unos artículos porque tenían sospechas de que tuvieran algún tipo de magia negra, y me he demorado más de lo que creí, pero no te preocupes recuperaremos el tiempo perdido
Sonrió como solo con ella lo hacía y comenzó a tocarle el muslo, pero ella le detuvo, entonces besándola lento se aparto y busco entre sus ropas una pequeña caja de regalo, ella sonrió y la tomo entre sus manos.
- Pensé que lo olvidarías como el año anterior.
- Bueno debo reconocer que el año anterior lo hice apropósito para ver que hacías, pero como ya sé que te pones a llorar, no volveré a hacerlo, sabes que odio verte llorar – le acaricio la mejilla dulcemente y comenzó a besarla dejando la caja con su regalo en la mesita, impidiendo que descubrirá el hermoso collar de una hermosa rosa cubierta por un dragón, ya lo haría luego, ahora él la necesitaba en ese mismo momento, y en eso siempre había sido caprichoso, la quería y tenía que ser en ese mismo instante, nadie hacia esperar a un Malfoy.
Fin del Flash Back
Miro a la mansión y vio la luz que provenía de la habitación matrimonial, supuso que ella se habría ido a dormir y que Scorpius la abría dejado a solas, así que se dirigió a paso rápido hacia allí, necesitaba hablar con ella, necesitaba un bálsamo para su culpa de haberla golpeado sin si quiera tener razones reales, aunque lo más seguro que con una mujer como Astoria jamás llegaría a tener si quiera una razón para hacer algo así.
Subió las escaleras de dos en dos mientras su capa verde musgo se flameaba a cada movimiento, en cuando llego al tercer piso doblo; empujo la puerta de la habitación pero con cautela, si ella estaba aun con Scorpius no pretendía interrumpir ni mucho menos volver a escuchar a su hijo gritarle, abrió con lentitud y no vio a nadie así que entro silencioso y escucho un suave sonido que provenía del baño y se encamino al lugar , la vio a los pocos segundos, estaba desnuda como tantas veces la había visto, pero algo que hace meses había dejado de hacer, porque había perdido el tiempo en otros brazos, en otras pieles, olvidando que a la que tenia por esposa era lejos la que más anhelaba.
Ella parecía absorta en sus pensamientos, estaba bajo la regadera mirando el infinito acariciando su cuerpo con las espumas producidas por la esponja, se acerco y la abrazo por detrás notando el respingo que ella daba por el contacto, notó que intento apartarlo y volteo pero la cara de sorpresa no fue percibida por Draco quien escondía la cara en la espalda de la mujer.
- No digas nada… no quiero hablar de ello hoy – susurro mientras comenzaba a besar su espalda, ella temblaba al contacto, era una mezcla de miedo y sorpresa de que él actuara de esa forma.
- No lo haré… sabes que nunca te he obligado a decir las cosas, ya lo harás en su momento
Él le volvió a besar la espalda mientras ella se dejaba hacer y el agua terminaba de empapar su cuerpo, la beso lentamente, centímetro a centímetro acercándose a sus labios mientras sus manos acariciaban aquel cuerpo que hace meses le pedía por caricias, sus manos subían a sus pechos acariciándolos mientras ella apoyaba ambas manos en la pared que tenía enfrente dejando que el agua callera por todas su espalda, hasta la ropa de Draco que se juntaba con el cuerpo de ella a la altura de la pelvis, mirarla así revivió en Draco antiguos deseos que había creído perdidos, pero que al escuchar de la boca de ella en aquella dulce voz un pequeño gemido le erizo los cabellos, mientras la apegaba más a él.
- D-Draco… esta Scorpius en la habitación contigua
- Ya es mayor…
Fue lo único que tuvo por respuesta Astoria antes de que Draco girara la perilla del grifo y la llevara a la habitación, despojándose en segundos de la ropa mojada para recostarse sobre ella para comenzar a besarla con deseo. Ella le respondió acariciándole la espalda desnuda y el abdomen en aquellos abdominales que se delineaban siempre tan bien y que se endurecían cuando se movía contra ella. Aunque Draco no lo notó Astoria estaba algo incomoda, miraba la puerta de la habitación en ocasiones pero por las caricias que él le proporcionaba termino olvidando muchas cosas y llevando la mano por el camino de su vientre a su entrepierna notando que en cuanto ella comenzaba a tocarle el cerraba los ojos y se mordía el labio, extrañaba tanto las reacciones de Draco ante las cosas que ella le hacía o provocaba, que se deleitó con cada una de sus expresiones, intentando darle la mayor cantidad de placer, olvidando por completo lo mal que la había tratado, lo mucho que la había ignorado e incluso el numero de chicas que abrían hecho lo mismo con él hace solo unos días.
Ella abrió las piernas en señal para Draco, quien reconociéndola enseguida le tomo y la acerco a él besándola, mordiendo sus labios por la excitación, comenzando a escuchar los jadeos de ella cuando se acercaba y luego sus gemidos suaves en un comienzo y fuertes, cuando el aumentó notoriamente el ritmo, era suya, solo suya y eso le encantaba, había olvidado lo placentero que era tenerla para él, sentirse dentro de ella y saber que solo él era quien la enloquecía de tal manera.
Siempre en todos los años que llevaban él había sido el que llevaba el completo control de la parte sexual de la relación, pero notaba a Astoria más deseosa, lo relaciono con la falta de sexo que ella tenía, porque él no sabía lo que era eso, le había sido infiel siempre, en cambio ella no había tenido nada en meses y conociéndola como la conocía ni siquiera se había dado placer ella misma, era demasiado tímida para algo así. Fue una sorpresa para él ver que ella le empujaba y se sentaba sobre él, apoyando ambas manos en el pecho de Draco comenzó a moverse subiendo y bajando, Draco dejo escapar un sonoro gemido cuando ella se movió por primera vez, él sabía que así él sentía mucho más que en las posiciones en las que él dominaba. Pero por una razón de hombría le gustaba mostrarse dominante ante ella; pero como se arrepentía, lo había hecho con miles de chicas en esa posición pero ver los formados y levantados pechos de ella subir y bajar dando botes mientras ella tiraba la cabeza hacia atrás y sus hermosos cabellos se mojaban con su sudor le volvía loco. Le ayudo a moverse tomándola de la cadera y moviéndose contra ella en ocasiones cuando la veía algo agotada, pero su ritmo era constante y acelerado, contrario a lo que siempre había pasado en su relación Draco fue el que comenzó a gemir y jadear ruidosamente, tanto que en ocasiones ella le pedía que bajara el volumen.
- No puedo… lo haces espectacular, sigue… estoy seguro de que no podre mucho más, si sigues moviéndote así.
Y estuvo en lo correcto, ella volvió moverse pero por su cansancio esta vez lo hizo en círculos y de adelante hacia atrás, a lo que Draco respondió apretando los dedos en la cadera de ella, y lo vio, una sonrisa de medio lado se formo en la cara de Astoria y volvió a hacerlo una y otra vez hasta escucharlo decir de miles de formas la misma orden, que ella no se detuviera y entonces lo sintió, él la empujo contra si como queriendo estar lo más adentrado en ella que pudiera, se recostó sobre él y le acaricio el pecho, ambos estaban exhaustos y se cubrieron con las sabanas, aunque Astoria estaba feliz de lo que había pasado, tenía un sentimiento de culpa, porque sabía que Scorpius lo había escuchado todo.
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Scorpius salió de la habitación y se encerró en la suya suspirando mientras se tomaba el pecho con la mano en un intento estúpido de no dejar escapar a su corazón que amenazaba con salir disparado de el, nunca había sentido algo así con una chica, y solo había sido un suave beso, un roce de labios que le desesperó y revolucionó el cuerpo de tal manera que se sentía mareado y exaltado en cada uno de sus poros, el sabor de lo prohibido aun estaba en sus labios y el placer de haber eche hecho algo que llevaba deseando hace un año entre sueños y divagaciones.
Pero su felicidad no duro mucho, cuando se llevo la mano a los labios para recordar los de su progenitora escucho la puerta de la habitación de esta abrirse y todo su cuerpo se tensó, se apego a la pared intentando escuchar cuales eran las intenciones del que supo enseguida era su padre. Tenía miedo de que le hiciera algo a su madre y tomando la varita de su pantalón la apretó preparándose para lo peor, escucho un silencio que intento interpretar y luego cuando concentro más su audición y estaba preparado para abrir su puerta e ir en su ayuda o bien demoler la muralla si era necesario, la voz de su madre le llego en un sonido que nunca antes había escuchado, un gemido.
Se quedo completamente paralizado, no era lo que esperaba, no era para lo que se había preparado psicológicamente a enfrentar, y las piernas le temblaron de pánico, de lo que pudiera pasar, y de impotencia de no poder interferir, de no poder hacer nada para impedir que su padre hiciera lo que sabía tenía en mente.
Los escuchó acercase más y supuso habían salido del baño para pasar a la cama y su mente jugaba con el regalándole las imágenes que seguramente estaban pasando en ese preciso momento, mortificándolo con cada detalle de sus cuerpos desnudos, su propia mente estaba jugando en su contra. Se pego a la pared para no caer por la desesperación de tener que estar allí, deseo huir y escapar de ese lugar pero ¿Y si las cosas se escapaban de su curso y su padre terminaba haciéndole daño a Astoria?
Bajo su cuerpo lentamente apoyado en la pared hasta abrazar sus piernas escuchando los gemidos y peticiones de Astoria por más, las lágrimas comenzaron a caer lentamente y eran acalladas en el fondo de jadeos de la habitación contigua.
Y termino de darse cuenta, no podía ser solo una confusión de sentimientos, no podía ser solo que en su idolatría por su madre confundiera los sentimientos, la deseaba, y le estaba rompiendo el corazón escucharla en brazos de otro, aunque ese fuera su propio padre.
Por un momento se produjo un silencio y levanto la cabeza; esperanzado de que todo hubiera acabado pero cuando la voz que comenzó a escuchar fue la de su padre, la tortura termino de matarle. Era su padre el que gemía ahora, porque era ella quien de seguro estaba haciendo algo para que eso ocurriera, ella estaba participando activamente, contrario a lo que su mente estaba intentando crear como consuelo a la situación.
Dejo caer la varita y con la cara llena de lágrimas de impotencia y pena se lo planteo, su padre no la merecía, y haría lo posible porque ella fuera feliz con alguien que de verdad la valorara, sabia que nadie más que el mismo podía hacer algo así, confiaba en que lograría que su madre le quisiera a él y dejara a su padre, porque en el fondo sentía que la única razón por la que su madre no había respondido a su beso era el tonto tabú de que el amor entre familiares era una aberración, pero Scorpius estaba convencido de que eso no era un impedimento para él, después de todo era un Malfoy.
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